La vi por recomendación, me encantó. Si hubiese una palabra con la que pudiese describirla sería 'cruda', es bastante cruda. Para mí, esta película es como una obra de arte que tiene como objetivo principal hacer reflexionar al espectador sobre nuestra posible determinación por la sociedad.
No sólo destaca por su crudeza, también tiene ciertos rasgos que nos parecen humorísticos, que 'nos parecen' no cuya intención sea hacernos reir.
En su conjunto, la película va a romper con esta supuesta determinación dando lugar a situaciones que consideramos absurdas, atrevidas y en algunos casos, inhumanas; que no van a dejar indiferente al espectador.
Y, ¿ de qué forma va a plantear todo esto? Bien, pues mostrando la vida de una familia en la que desde el primer momento notamos algo raro. Familia formada por un padre y una madre cuyos hijos no han salido nunca de casa. Han sido engañados y educados desde que nacieron de forma que tienen miedo a salir al exterior. Los padres están obsesionados con la educación de sus hijos hasta tal punto que cambian el significado de las palabras que no conviene enseñar a sus hijos, palabras relacionadas con violencia como 'escopeta', o con el exterior, como 'mar'.
Es una película muy curiosa, que personalmente me ha acojonado no porque de miedo porque no lo da, sino por observar hasta que punto está el ser humano determinado no sólo por el entorno en el que vive sino por su educación.
El final merece la pena.
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